Fue un fragmento de una bóveda. Sucedió durante una boda. Era 1994 y la decisión después de que aquella parte cayera al suelo fue cerrar la Catedral Santa María. Mejor prevenir. Se cumplen ahora tres decenios de la toma de aquella determinación. Claro que hoy, el escenario para el edificio es totalmente diferente. Son 30 años en los que a la situación se le ha dado la vuelta por completo.  

Antes de aquella fecha, la situación del templo ya era objeto de preocupación, por supuesto. A principios de los años 90 se creó un grupo de investigación a instancias de la Diputación Foral de Álava que estuvo dirigido por el ingeniero y profesor Giorgio Croci. Pero fue ese suceso de 1994 el que terminó por desencadenar la toma de decisiones en torno a la recuperación de un edificio en el que están los orígenes de Vitoria, como recuerdan Jon Lasa y Leandro Cámara, director gerente y director técnico, respectivamente, de la Fundación Catedral Santa María.

“Este proyecto de recuperación no sería imaginable si durante estos 30 años la Catedral hubiera estado cerrada”

En estos tres decenios, el edificio se ha recuperado gracias a un trabajo en muchos casos innovador y referencial que ha conseguido premios internacionales como el Europa Nostra 2002; ha vuelto a su función principal, la del culto, que se volvió a poner en marcha en 2014; ha generado un amplio conocimiento de los orígenes de Gasteiz y de su historia hasta la actualidad; ha celebrado infinidad de conciertos, charlas, actividades formativas y culturales, y un largo etcétera de propuestas; y ha recibido, que se dice pronto, a más de dos millones de visitantes de todos los continentes.

La herramienta básica

Puede parecer muy complicado pasar de un extremo a otro en solo 30 años. Para entenderlo hay un elemento básico y esencial que no se puede perder de vista, el Plan Director de Restauración Integral, que se contrató en 1996, se presentó en mayo de 1998 y se publicó en 2001. 

En imágenes: Así es la Catedral Santa María 30 años después de su cierre Alex Larretxi

Ya en la redacción planteábamos que no era algo estático, si no que admitía la renovación”, destaca Cámara. El documento señaló desde el primer momento que el de Santa María era “un proyecto a largo plazo con múltiples facetas; se hizo un plan arqueológico como no ha existido que permitió excavar toda la Catedral y conocer los orígenes de la ciudad. A nivel de patrimonio, se hizo un inventario desde el primer momento. En todas las áreas ha habido unos planes de estudio e investigación muy serios. Eso no es usual” añade Lasa.

“El edificio se ha salvado por el esfuerzo conjunto. Si no, hubiese decaído. Se ha trabajado buscando el bien común”

Jon Lasa - Director gerente de la Fundación Catedral Santa María

Se apostó por una visión de conjunto, por un trabajo multidisciplinar desde la arquitectura, la arqueología, la geología... Y se aplicaron métodos y técnicas muy avanzadas. “La fotogrametría no la inventamos nosotros, por ejemplo. La aprendimos de los cuatro pirados que la hacían en España en ese momento. Y había otras herramientas en diferentes campos que estaban pero que nadie o casi nadie usaba”, apunta Cámara. En Gasteiz, sin embargo, se decidió dar un paso adelante. 

El Plan Director, a grandes rasgos, estableció tres fases de actuación. La primera tenía que ver con las obras estructurales de consolidación y estabilización que eran las prioritarias. La segunda se refería a los trabajos de rehabilitación funcional que hicieran que el edificio fuera útil para la ciudad. Es la que se está completando ahora. Y la tercera tiene que ver con el mantenimiento y la restauración de materiales, bienes artísticos, vidrieras, sepulcros… “Nos queda muchísimo por hacer”, admite Cámara, consciente de que los ritmos vendrán marcados, como siempre, por las prioridades que se establezcan y la financiación.

En imágenes: Así es la Catedral Santa María 30 años después de su cierre Alex Larretxi

El consenso fundamental

Al principio se calculó que serían necesarios diez años y 24 millones de euros hacer que aquel cierre de 1994 fuera reversible por completo. “Plantemos un Plan Director con unas inversiones muy fuertes, aunque incluso nos contuvimos. Pensamos que había muchas potencialidades”, aunque para hacer realidad lo que estaba negro sobre blanco hacía falta el compromiso de varios actores.

Fue Diputación quien empezó a moverse para comprometer a otras instituciones. Se constituyó así la Fundación Catedral Santa María, formada por la institución foral, el Ayuntamiento de Gasteiz y el Obispado de Vitoria, sin perder de vista que desde el principio se contó con el apoyo del Gobierno Vasco y del Gobierno de España, a lo que en estos años se han sumado fondos europeos y aportaciones privadas.

En imágenes: Así es la Catedral Santa María 30 años después de su cierre Alex Larretxi

Es la Fundación, que está a punto también de vivir su particular cumpleaños redondo, la que sigue canalizando la financiación, gestionando las obras y llevando a cabo la puesta en valor cultural de un proyecto que, además, con el paso de los años ha ido más allá del propio templo. Ahí está, por ejemplo, la apertura en la calle Cuchillería del albergue y del edificio dedicado al área educativa. Santa María ha sido y es “un elemento de consenso porque, además, a lo largo de este tiempo, todas las instituciones implicadas han ido cambiando de equipos y no se ha variado el compromiso. Eso es porque se ha convertido en un proyecto de ciudad”, defiende Lasa.

“El Plan Director tiene calidad pero sobre todo ha funcionado bien porque institucionalmente ha habido una respuesta potente”, remarca Cámara. “El edificio se ha salvado por el esfuerzo conjunto. Si no, hubiese decaído”, añade Lasa, siendo los dos conscientes del apoyo y la implicación de la propia ciudadanía en este camino. “Se ha trabajado buscando el bien común”.

En imágenes: Así es la Catedral Santa María 30 años después de su cierre Alex Larretxi

Hasta Inteligencia Artificial

En todo este tiempo, la innovación ha sido una constante en el desarrollo de las diferentes áreas que se ejecutan en torno al edificio. Por ejemplo, en los trabajos de recuperación y rehabilitación se usan técnicas que no existían hace 25 años o que eran muy incipientes. Al fin y al cabo, “el Plan Director es una referencia de hacia dónde vamos pero luego hay que ir alimentándolo. Y estamos en ello”. 

Sucede igual en el plano divulgativo y comunicativo. En plena pandemia se puso en marcha un proyecto de realidad virtual que se ha venido consolidando estos años. “Y llegará la Inteligencia Artificial porque a nivel turístico va a ser muy importante”, anticipa Lasa. De hecho, ambos señalan que el Abierto por Obras, que ha permitido durante todos estos años que la sociedad fuera testigo de excepción de cada paso dado, ha sido clave. “Este proyecto no sería imaginable si durante estos 30 años la Catedral hubiera estado cerrada. El programa ha permitido unas visitas únicas y ha alimentado que el proyecto siga adelante”.

Eso a pesar de que en el origen hubo reticencias a su puesta en marcha. Hoy parece lejano ese momento, pero es verdad que al principio no se permitía a los visitantes tomar fotografías pensando en la protección de la imagen de las personas que trabajaban en la recuperación del templo. Son más de dos millones las personas que han tomado parte en el programa de visitas guiadas. Eso aunque en muchos momentos se estableció un límite de entre 60.000 y 65.000 visitantes por año para hacer factibles estos recorridos con el ritmo y la envergadura de las obras.

Hoy, esa frontera se sitúa en torno a las 100.000 visitas por año. “Crecimiento sostenido, sostenible y basado en la calidad”, son las claves para la Fundación. Todo ello sobre dos ejes básicos. El primero, la seguridad. “Ha sido siempre nuestra primera obsesión”, máxime en un edificio donde el ritmo de las obras no ha parado ni un momento desde hace años, con lo que ello conlleva. 

Vistas de Vitoria-Gasteiz desde la Catedral Santa María Alex Larretxi

El segundo, la accesibilidad. “Se han hecho visitables todos los espacios de una catedral, desde la cripta hasta la torre, que es algo único”, subraya Lasa, aunque Cámara recuerda cómo, en ocasiones, se ha encontrado con reticencias de compañeros. “Algunos arquitectos han dicho que hemos hecho barbaridades, como el tema del ascensor a la torre. Hubo uno que me preguntó por qué tenía que subir una persona en silla de ruedas allí y mi contestación fue: ¿y por qué tienen que subir los otros? Si no suben todos, que suba solo el campanero, que es el único que tiene que hacer algo allí. Además, no hemos roto nada para meter ese ascensor”.

También motor de empleo Ese edificio que se cerró justo ahora hace 30 años se ha recuperado –y en ello sigue– porque se han implementado nuevas tecnologías y técnicas, pero también porque se han querido mantener métodos tradicionales de actuación y se ha hecho un esfuerzo muy importante en la reutilización de materiales. 

“¿Qué funciona mejor, tu cadera de hueso o una de titanio? Pues a veces no queda más remedio que poner la de titanio y a nosotros también nos ha pasado en este tiempo en algunas partes. Pero lo suyo, si es posible, es rehabilitar el hueso. También en nuestro caso. Estamos en eso”, describe Cámara. 

Labores de rehabilitación pero también de divulgación, organización de eventos, comunicación... para las que es necesario el trabajo de empresas de todo tipo. “De media, hay 50 personas trabajando al año” en distintas áreas. Se convierte así la Catedral también en un “motor de empleo”, a pesar de que en estos 30 años desde el cierre del edificio, el templo tampoco ha sido ajeno a la crisis económica de 2008 y a la sanitaria de 2020.

Han sido situaciones que “han obligado a ralentizar el paso y a adaptarse”. Por supuesto, siempre hay que intentar adelantarse a los problemas. No siempre es posible. “Ahí está la importancia de la gestión”, de la que ha permitido que aquella Catedral Santa María cerrada hace 30 años esté hoy abierta por completo.