Desde la llegada a la cocinas familiares del horno microondas, ningún electrodoméstico grande o pequeño había conseguido suscitar tan unánime aprobación entre los usuarios como la freidora de aire. Además del ahorro que supone en el uso de aceite, con el beneficio que supone para la salud ingerir menos grasas y para el bolsillo usar menos aceite al precio que está, la comodidad y la sencillez de su uso resulta muy atractivas a la hora de cocinar.

Entre las múltiples posibilidades que ofrecen estos aparatos para freír, cocer o asar se encuentra también la posibilidad descongelar. En muchas de ellas es una de las opciones que ofrece con solo presionar un botón concreto del teclado. Puede que a muchos cocinillas esta opción no convenza, como no les convencía hasta ahora la del usar el microondas y prefieran la descongelación lenta, pasando primero el producto elegido a la nevera y después, quizá, terminar fuera.

En la freidora de aire se puede cocinar bocaditos de carne o pescado congelados además de las tradicionales patatas. Freepik

Para estos, y para aquellos olvidadizos que se acuerdan del congelado en el momento de ponerse manos a obra con la receta, la freidora de aire es también una excelente herramienta para cocinar sin tener que descongelar previamente. Y ya si hablamos de todos esos productos congelados de bolsa como croquetas, calamares a la romana, bocados de pescado, verduras para saltear… la freidora es un hallazgo. Se pueden meter directamente, como muchas veces recomiendan que se cocine en sartén o parrilla.

Qué hay que tener en cuenta

Para conseguir cocinar un alimento sin descongelarlo previamente es importante tener en cuenta cuatro puntos: precalentar, la combinación entre temperatura y tiempo, el aceite y, finalmente la cantidad de alimentos que introduzcamos en la cesta. También resulta necesario practicar un poco para conseguir el punto adecuado a nuestra freidora de aire.

Lo primero es precalentar adecuadamente la freidora. Hay que tener en cuenta que los alimentos descongelados tienden a secarse más por la pérdida de agua. Por esta razón es importante precalentar la freidora para que al liberarse el agua esta se evapore inmediatamente, sin quedarse en el fondo como jugo sin absorber.

Las judias verdes congeladas se pueden cocinar en la freidora como plato principal o como guarnición. Freepik

Tiempo y temperatura

El segundo aspecto que hay que tener en cuenta es la temperatura y el tiempo que se programan para cocinar el plato deseado. Hay que tener en cuenta que la freidora de aire en realidad no es otra cosa que un horno de aire, más pequeño que el convencional pero horno. Por este motivo los tiempos de cocinado suelen ser muy aproximados. Si el alimento se introduce congelado habrá que darle un tiempo extra.

En cuanto a la temperatura puede ser la misma que en un horno convencional, pero hay que tener en cuenta que algunas freidoras de aires no pasan de los 200º, por lo que habrá que jugar con un tiempo extra. Hay que tener en cuenta que a los congelados hay que darles un extra de temperatura, programar entre 10 y 25 grados más de lo que la receta original exija. A partir de aquí, solo que da experimentar, un poco para ir aprendiendo, por lo que quizá no convenga empezar con un pollo asado.

Poca grasa y poca cantidad

El aceite es la tercera pata que hay que tener en cuenta a la hora de cocinar un producto congelado. Queda claro, y para muchos ese es el atractivo, que la principal virtud de las freidoras de aires es que el consumo de aceite disminuye bastante. A la hora de cocinar productos congelados que compramos casi precocinados se nota bastante. De hecho, se suele aconsejar leer los componentes porque a veces ya incorporan algo de grasa y no es necesario añadir más. En caso de necesitarlo basta con unas gotas, una pincelada muy ligera. Una vez puesto en marcha, solo queda darles la vuelta a mitad de cocinado para que se doren por igual. Para esto se utilizará una capa ligera, de la misma manera que se haría en una sartén o parrilla.

La cuarta cuestión es muy importante, la cantidad de producto que se pone en la cesta. Es mejor hacerlo por tandas que amontonar todo. Si se hace esto último, el cocinado puede ser muy desigual y algunas parte puede no llegar ni a hacerse. El aire no circulará bien y el calor no llegará por igual a toda la cesta.

Una receta para probar

Para comenzar las pruebas con verduras congeladas, esta es una recetas que la chef Catalina García-Germán, de The Good Food, improvisó a petición de la Asociación Española de Fabricantes de Vegetales Congelados. Se trata de brochetas de brócoli tostado y crema de hierbas, un aperitivo para seis personas.

Ingredientes

  • Un kilo de brócoli congelado
  • Aceite de oliva virgen
  • Sal
  • Pimienta negra, comino y pimentón dulce y picante. Es para la
  • 150 gr de crema fresca
  • Cebollino y perejil picado
  • Sal

Elaboración

Cubrir el fondo de la freidora de aire con papel de horno y distribuir sobre el fondo los ramilletes de brócoli en una capa y sin que se toquen entre ellos. Es fácil que haya que hacer varias tandas para cocinar toda la verdura. Rociar con un espray de aceite y sazonar con la sal, la pimienta, el comino y los dos tipos de pimentón. Programar a 200º y, si tiene avisador de medio tiempo, 14 minutos para dar la vuelta a cada pieza del brócoli en ese momento para que quede bien tostado por ambos lados. Si hace falta darle unos minutos más. Si no hay avisador, programar 7 minutos, y cuando acabe, dar la vuelta y programar otros siete. Para la salsa, mezclar la crema fresca con el cebollino, el perejil y la sal.

Para servir, en unas brochetas insertar el brócoli y poner la crema en un cuenco para poder untar.