La del 28 de abril en Armentia es una fiesta con una doble perspectiva, la institucional y la popular; y un nexo común, el cumplimiento con las tradiciones más arraigadas. Este domingo, una preciosa luminosidad primaveral contribuye a que la celebración luzca como nunca, hasta que las nubes reclamen su espacio y el viento del norte se adueñe de las campas. En todo caso, la jornada ha de salir redonda.

Riada humana

Desde muy primera ha ido llegando gente al entorno de la basílica, al principio en un incesante pero tímido goteo, y luego, en torno a las once de la mañana, como una auténtica riada humana atraída por el olor de las rosquillas, los talos y la sidra.

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En imágenes: Así fueron la misa y procesión en la basílica de San Prudencio en Armentia Josu Chavarri

Engañaba un tanto el día, pues a pesar de que el cielo amaneció limpio y el sol brillaba con ganas, hacía en Armentia un intenso frío que ha retrasado un tanto la instalación de los improvisados picnics sobre la hierba que caracterizan a esta fiesta, especialmente cuando no hay riesgo de mojarse. Así pues, mientras alavesas y alaveses esperaban a que el ambiente se templara han aprovechado para hacer la preceptiva vuelta de reconocimiento en torno a las campas, a ir al bar del pueblo para disfrutar un rato del campeonato de bolos e incluso dar un paseo por el bosque.

De puesto en puesto

Talos. Los de los talos son sin duda los puestos estrella en las campas de Armentia y este domingo la oferta, a seis euros la unidad como media, es amplia. Además de la tradicional chistorrra, se pueden degustar de queso, de chocolate, de chorizo a la sidra y hasta sin glutén.

Rosquillas. Las míticas rosquillas de anís se venden a cinco euros el paquete.

Queso. Los pintxos de queso Idiazabal se despachan por 1 euro.

Pastel vasco. El pastel vasco es otro clásico del Día de San Prudencio, que este domingo se puden comprar por 14 euros.

De todo un poco. Churros y patatas fritas, productos de Valladolid o Extremadura, choripanes, helados, pan, empanadas, pantxineta, cecina, chorizo de León, tomates, vermú, patxaran, garrapiñadas o miel completan la oferta gastonómica.

Cada vez más personas han ido haciendo cumbre ante el monumento del santo patrón, cada vez más ramos de flores yacen a sus pies, y tanto naturales del territorio como visitantes, pues entre el castellano y el euskera tambien se deja oír la legua de Shakespeare, se hacen fotos de grupo y selfies ante la estatuta, inició por otro lado del itinerario institucional de esta jornada marcada en rojo en el calendario anual alavés. A eso de las 10.45 horas el Agur Jaunak ha señalado la llegada al lugar del diputado general alavés, Ramiro González, que makila en mano ha ido saludando a las autoridades, miembros de su gabinete, junteros o concejales de Gasteiz. Inmediatamente después arrancaba la comitiva hacia la basílica, donde se ofició la misa pontifical, previa procesión por el exterior del templo, y ya a mediodía el zortziko Álava ha dirigido el aurresku que cede ya el protagonismo a la fiesta popular.

Cola para hacerse con un talo

A estas alturas de la mañana el ambiente ya se había calentado en todos los sentidos y era preciso hacer cola para hacerse con un talo. En el bar del pueblo empezaba a ponerse difícil la circulación, y los vendedores de ropa, marroquinería, ropa de montaña, de calle y regional; abalorios, artículos de plata y, sbre todo, todo tipo de delicias gastronómicas, iban despachando el género.

Herri kirola

Transcurría así la mañana a la espera de que, ya pasado el mediodía, arrancara la eliminatoria del XXVII Campeonato Individal de Azkolaris de Oro y el levantamiento de piedra, tanto en categoría masculina como femenina; cita imprescindible en esta jornada de celebración en la que, ya a estas horas, van apareciendo por las campas los trasnochadores, una vez cumplido el mínimo descanso necesario para poder disfrutar como se debe del aperitivo en las campas, y de una tarde en la que, aunque el tiempo se ponga más desapacible, invitará a disfrutar de la verbena de ENZISK2 con la tranquilidad que da saber que por delante viene, para muchos alaveses, un largo puente.