Volver al origen de un sueño. Eso ha supuesto para Amaia Campos, el alma mater del espacio de belleza Xarma, volver al local donde con 20 años comenzó su andadura profesional, pero también vital, en el mundo del cuidado personal y la estética.

Estamos en el número 89 de la Avenida Gasteiz y hace algo más de un año que se abrieron las puertas de este coqueto y cuidado local, hermano pequeño del salón de belleza más conocido junto al Parque de la Florida.

Lo bonito de esta historia es que fue aquí precisamente donde nuestra protagonista comenzó cuando era joven en otro centro de estética

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Xarma Belleza: un espacio para cuidarse y ser feliz Alex Larretxi

Algo más que estética

“Siempre me ha gustado el mundo de la belleza, el estar con la gente, el ayudarles a que se sientan bien, el darles un toque de felicidad y de ilusión cuando salen por esa puerta y se ven mejor”, explica Amaia de lo que fueron sus inicios. Un recuerdo donde se puede ver en su rostro la satisfacción de tantos años atendiendo a clientes, en algunos casos hasta de varias generaciones familiares.

Y es que para ella Xarma es algo más que un trabajo. Un sentimiento que le llena de felicidad y que ha querido devolver al barrio que la vio nacer como profesional y a unos clientes que vuelven a confiar en su buen hacer y en su honestidad a la hora de cuidarles. 

Amaia Campos con una de sus clientas en Xarma Belleza Alex Larretxi

“Siento la belleza como algo más que una parte estética o de capricho. Para mí, la belleza es un rato que cada uno nos tomamos para cuidarnos, para vernos mejor, para mejorar nuestra autoestima, nuestro aspecto o nuestra parte emocional”, explica Amaia que no puede evitar emocionarse cuando le vienen a la cabeza personas (ahora clientes fieles) que encontraron en Xarma el refugio o la vía de escape, al menos durante la hora que duraba el tratamiento, para olvidarse de la parte más dura de la vida que les había tocado vivir. 

Repetiría, sin dudarlo

Una responsabilidad, la de hacer felices por un instante a esos clientes, que Amaia ha tomado como propia al contar que volvería a poner en marcha su negocio una y mil veces. No obstante, reconoce que no es sencillo ser su propia jefa y poner en marcha un negocio por las dificultades que esto conlleva. “Son muchas noches sin dormir, haciendo muchas cuentas y siempre pensando en cómo mejorar y cómo hacer que tu idea funcione y tu sueño se cumpla”.

Unos miedos que no esconde Amaia y que se fueron disipando gracias a la ayuda de Fundación Gaztenpresa de LABORAL KUTXA. “Ellos fueron, y son, esenciales en mi trabajo ya que con su equipo he podido poner los pies sobre la tierra al aportarme ese punto de realismo cuando en ocasiones idealizas los sueños que tienes”.

Xarma Belleza: lo último en tecnología para cuidarse Alex Larretxi

Y es que Amaia cree mucho en los sueños y en su esfuerzo para conseguirlos. Prueba de ello es la mente inquieta que le hizo hace casi 10 años abrir las puertas de su primer espacio de Xarma para evolucionar, seguir creciendo como profesional de la estética y tener un sitio que fuera suyo de verdad y tuviera su esencia misma.

Tras ese conocido espacio de la ciudad, hace algo más de un año el destino quiso que Xarma siguiera creciendo volviendo al origen de parte de la historia vital de Amaia. 

¿Se quedará todo aquí? Amaia se define como una persona inquieta, que siempre está pensando en mejorar, en evolucionar, que le gusta avanzar… “Ahora quiero parar un poco el ritmo para que este segundo local se asiente y ver cómo evoluciona, pero no descarto que Xarma siga creciendo en el mundo de la belleza con una nueva dirección en Vitoria”. Conociendo a Amaia y su dedicación a los demás, lo raro sería que no lo hiciese.  

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